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viernes, 7 de junio de 2013

Cuando el agua regresa a la tierra...

Así se tituló una telenovela que se vio mucho en la década del 90 del pasado siglo en Cuba. Fue todo un furor en su momento... solo recuerdo el título pues era muy pequeño cuando eso. Pero me viene como anillo al dedo al hablar del aparente fin de las lluvias en la Isla de la Juventud, que por más de una semana nos regaló la Madre Naturaleza. 

El tema de conversación en cada casa, centro de trabajo, esquina o lugar era precisamente la lluvia. "Qué manera de llover" era la frase más común Y es cierto... llovió y mucho. Pero con las lluvias el añejo servicio de alcantarillado de Nueva Gerona, con más de 40 años de explotación, comenzó a regalarnos registros desbordados de aguas negras en cada esquina. Es que cualquier cosita hace que se tupa un registro de esos y surja de las profundidades de la tierra a borbotones la pestilente agua, acumulándose en los charcos y baches. Es una situación bastante fea, sobretodo cuando veo a niños jugando en la calle, con esa agua corriéndole por entre los pies... y los padres ajenos a la situación sin percatarse del peligro para la salud que eso puede significar. 

Por suerte siempre que llueve escampa, así decía mi madre, y luego de la tormenta llega la calma, pues los compañeros de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, con gran esmero y paciencia limpian cada uno de estos registros, que se dejan vencer por los años, pero sin los cuales sería imposible evacuar toda el agua sucia de los hogares pineros. 

A la espera de un ambicioso plan de inversiones que  permitirá cambiar todo el sistema de Acueducto y Alcantarillado en Gerona, los habitantes de esta ciudad con más de 180 años tenemos la esperanza de que algún día sea cosa del pasado. Ya se ha asegurado por todos los medios pertinentes que está aprobado la inversión, solo queda esperar a que estén creadas las condiciones necesarias.

De igual modo por estos días una de las tuberías principales que abastece de agua al reparto Micro 70, ante la presión del líquido y lo obsoleta que están las instalaciones, sufrió un resquebrajamiento bien grande, a lo cual supieron darle respuesta inmediatamente. Bajo el agua y en condiciones muy peligrosas el soldador arriesgando su vida fue capaz de arreglar aquel caos. Entre chubazco y escampa´o se solucionó la situación.

Una vez más el interés humano por resolver los problemas demostró cuanto se puede hacer para palear las adversidades. Nada es imposible. Excepto la muerte todo tiene solución. Por eso creo que tenemos que aprender a ser un poquitín mejores y dejarnos de tantas miserias humanas para que nuestra sociedad logre avanzar como se merece el pueblo. A fin de cuentas para ellos todos los días se levantan el panadero temprano, el campesino, el locutor de la radio o la maestra de la escuela.

Esperamos que dentro de muy pocos escenas como estas que acabo de describir sean solo cosa del pasado. Y que vivir en la Isla sea tan gratificante como en la década del 80.

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